ANTECEDENTES HISTÓRICOS

En las primeras décadas del siglo XIX, este pueblo era tan sólo una ranchería llamada Puesto de San José de la Laja, cuyos pobladores debían acudir a la celebración de sus preceptos religiosos hasta la capilla de Jalpa.

En el año de 1837, los habitantes de San José de la Laja alcanzaban ya la cifra de 400 habitantes aproximadamente, catalogados en sesenta y cinco familias avecindadas en este lugar, entre las cuales destacaban los apellidos: Moreno, Maldonado, Orozco, López, González, Rodríguez, Hernández, Zamudio, Lozano, Alba, en familias de españoles; Bernardino, Llamas, Arronis, Mulatos, Preciado, De la Cruz, Valdivia, Bolaños en las familias de indígenas; y López, Cevallos,Frausto y otros en las familias de mestizos.

Entre los fundadores de la comunidad de San José de la Laja sobresale Pascual Orozco de la Torre a quien, con mucho cariño, llamaban “Tata Pascualito”, por tener características como el don de mando, enemigo de la violencia, de carácter amable y caballeroso. Era hacendado y comerciante. No había, tal vez, otro como él en la comunidad recién establecida. También vivía el señor Alejandro Moreno Hernández, poseedor de tierras en esta ranchería, quien por su saber y dotes gozaba del aprecio de todo el vecindario y varias veces fue nombrado comisario. A estos personajes ilustres y benefactores se les atribuye ser los fundadores del Puesto de San José de la Laja.

El 16 de junio de 1837 después de la procesión en Jalpa por la celebración del jueves de Corpus, el Señor Cura Alejandro Navarrete mencionó a los habitantes de La Laja, la necesidad de construir una parroquia en este lugar; donde todos los habitantes se congregaran a rezar mientras se autorizaba la presencia de un Sacerdote. Así vecinas y  vecinos se comprometieron formalmente a colaborar con trabajo o con material para la construcción de su Iglesia. Con gran formalidad Don Alejandro Moreno ofreció donar el terreno para dicha construcción.

Dando inicio a tan sublime aspiración el Señor Cura eleva a la Sagrada Mitra de Guadalajara su petición, sustentándola con motivos tan prudentes que el 2 de septiembre del año siguiente, mediante decreto fue aprobada la construcción de la Capilla mencionada, dedicando la primera piedra a la Purísima Concepción de María Santísima, el 29 de septiembre de 1837.El solo comienzo de la construcción de la capilla, motivo a personas de otros lugares a radicarse en San José de la Laja, pues ello representó la facilidad de cumplir con sus preceptos religiosos al reducir considerablemente las distancias para acudir a su cita con el Todo Poderoso.

Pasaron 29 años y se cumplía uno de los grandes anhelos de vecinas y vecinos de San Diego de Alejandría; y el 8 de marzo de 1869 se recibe al primer párroco, don Justo Hernández a quien le fue entregada la capilla por el padre decano de Jalpa, don José Primitivo Rafael Preciado, junto con los libros de la notaría parroquial. Y siendo el arzobispo don Pedro Loza y Pardavé.

Entonces el nombre actual de San Diego de Alejandría, lo tomó alrededor de 1850 en honor del arzobispo Don Diego Aranda y Carpinteiro quien autorizó la construcción de la capilla; y Alejandría por recordar al primer párroco Alejandro Navarrete, promotor de la construcción de la capilla; Alejandro Moreno Hernández, donador del terreno, benefactor y fundador; y Alejandro Heredia, constructor y albañil de la capilla a la Santísima Inmaculada Concepción.

La vida de las y los sandieguenses avanzaba a grandes pasos y llegaban más familias a radicar a esta comunidad con su propia parroquia en la cual se realizaban ya todos los servicios litúrgicos y eclesiásticos; ya entonces se comentaba entre las y los vecinos también la necesidad de contar con los servicios civiles, jurídicos y políticos de un municipio, pues esta comisaría correspondía a la Unión de Adobes (actualmente Unión de San Antonio).

Pasado el tiempo, decidieron solicitar al Gobierno Estatal, la erección del poblado en municipio, así como la instalación de los servicios de alumbrado y educación. Para apoyar dicha requisición, fechada el 27 de julio de 1884, se argumentaba que en el poblado había 6,329 individuos, sin contar algunas rancherías y haciendas; asimismo se informaba de otros factores como los problemas de bandidaje que se presentaban en los límites con el estado de Guanajuato y la proximidad de la estación del ferrocarril central.

Para apoyar esta petición de erección del municipio, la jefatura política del 2º Cantón de Lagos señala las condiciones favorables de la región, como son: las personas laboriosas; el cruce de caminos; la producción de trigo; la existencia de trece presas y ocho haciendas; cultivos de cereales y hortalizas; escuela pagada por particulares; un templo parroquial; calles bien rectas, acondicionadas y delineadas; así como la existencia de establecimientos y talleres de carpintería, fragua, zapatería, sastrería y obraje que eran dirigidos por “…artesanos honrados y de regular instrucción en las artes mecánicas”, además de que esto regularía mejor la administración pública de este cantón pues “… cortaría de raíz todas las dificultades y diferencias entre esa comisaría y la municipalidad de Unión de Adobes…”. Dicho informe fue fechado el 11 de octubre de 1884 con la rúbrica de S. Michel, B. Pérez, Secretario; enviado al diputado Joaquín Martianera, Jefe de la 5ta. Comisión de Hacienda.

El 28 de febrero de 1885, por decreto número 120, se erigió en municipio la comisaría de San Diego de Alejandría y se fijaron sus límites; siendo gobernador del Estado el general Francisco Tolentino.

La primera autoridad mientras se realizaban elecciones municipales fueron, (de abril a septiembre de 1885), Porfirio Orozco y Manuel González López, éste último de Secretario. Y de octubre a diciembre del mismo año lo fueron, C. Valdivia y el mismo secretario.

El primer Ayuntamiento estuvo formado por: Casiano G. Valdivia, Presidente; Espiridión González, Vicepresidente; Munícipes: Ramón López Sáenz, Alberto López Lozano, Sebastián López y Valentín López. Los Suplentes: Mariano Murillo, J. Refugio Maldonado, Magdaleno Mena, Crescencio Maldonado y Francisco López; el cargo de Secretario lo seguía ocupando Manuel González López.

En esa fecha el municipio de San Diego de Alejandría pertenecía al departamento de Unión de San Antonio; para 1887 pasó al departamento de Lagos y el 18 de febrero de 1898, por decreto número 794, San Diego de Alejandría pasó nuevamente al departamento de Unión de San Antonio.

A finales del siglo XIX y principios del XX, San Diego de Alejandría siguió creciendo y progresando pero los acontecimientos revolucionarios y de la Cristiada hicieron presa en sus habitantes y principalmente en los hacendados, artesanos, rancheros y ganaderos; y como dice el estribillo de la canción escrita por José Guadalupe López Estrada “… los ricos se fueron y te cambiaron por otra región…”

El 11 de abril de 1917, por decreto número 1579, se establecieron los límites entre los municipios de San Miguel el Alto, San Diego de Alejandría y San Julián.

El municipio pasó por un estancamiento en todos los ámbitos: político, religioso, económico, social y militar, reiniciando su progreso en los años 50.

 

 

 

 

HERÁLDICA: ESCUDO DE ARMAS

 

DESCRIPCIÓN

 

Es un escudo de forma francesa y cuartelado en cruz.

En el cuartel diestro superior la figura de una corona que es iluminada por una estrella brillante.

En el cuartel siniestro superior se aprecian la torre, campanario y reloj de la Parroquia de la Inmaculada Concepción y, al centro, ostenta la figuras de tres estrellas.

Al centro del cuartel diestro inferior unas manos elaborando una cuerda y a un lado de tal alegoría se aprecia la figura de un pan (bolillo).

En el cuartel siniestro inferior el paisaje de un amplio valle donde destacan un majestuoso cerro y, en primer plano, una cruz.

Por timbre un águila mirando a la diestra con las alas abiertas sosteniendo entre sus garras una antorcha encendida y en su cabeza porta una aureola.

Rodeando los flancos y punta del blasón una leyenda de color rojo. Debajo del escudo una inscripción en negro.

 

 

 

 

SIGNIFICADO.

 

El cuartel superior hace referencia a la devoción religiosa de los habitantes del municipio. La corona representa la pieza de oro y pedrería que porta la venerada imagen de la Inmaculada Concepción, desde que le fue colocada el 9 de enero de 1946 por el Arz. José Garibi Rivera. La estrella representa a la Virgen de la Inmaculada Concepción que es la guía y patrona de este poblado.

En el segundo cuartel se rinde un homenaje a los fundadores de la municipalidad. Con la imagen de la parroquia se recuerda al Arzobispo Don Diego Aranda y Carpinteiro, quien concedió la construcción de la capilla en la población; y el trío de estrellas, que son representativas de San Diego de Alejandría, se plasmaron en memoria del párroco Alejandro Navarrete, promotor de la construcción de la capilla; del benefactor Alejandro Moreno, donador del terreno; y de Alejandro Hernández, constructor albañil de la capilla a la Santísima Inmaculada Concepción.

En el cuartel diestro de la punta se representa la mano del hombre que hace producir la tierra y se alimenta de sus frutos. De ahí que las manos con la soga representen el trabajo y el bolillo simboliza el sustento.

El cerro plasmado en el último cuartel simboliza al Cerro del Palenque que divide a los estados de Jalisco y Guanajuato. La gran cruz, que aparece en el cuartel siniestro inferior, representa el fervor religioso que distingue a los Sandieguenses y alude a los hechos que se vivieron en el municipio durante la Guerra Cristera.

El águila con las alas desplegadas representa que en este municipio reciben a los visitantes con las puertas abiertas pues, viniendo de Guanajuato, San Diego de Alejandría es la «Puerta de Los Altos».

Rodea al blasón la leyenda: «Sí la Luz Nos Guía, el Trabajo Nos Sostiene», pensamiento en el que se reflejan los valores esenciales de los Sandieguenses.

En la base del escudo se plasmó la fecha de creación del municipio: 1885, así como su nombre oficial.

En el año de 1988 el H. Ayuntamiento de San Diego de Alejandría convocó a la población a participar en un concurso para elaborar un escudo representativo de la municipalidad. En el certamen resultó ganador el diseño presentado por el Ing. Jesús Arrieta Cabrera.

En este blasón se retomaron elementos del escudo elaborado, en el año de 1969, por el Profesor Domingo E. Cerrillo quien se dio a la tarea de diseñar un escudo para identificar a la Parroquia de San Diego de Alejandría y lo incluyó en su libro titulado «Memorias de mi pueblo» en el cual narra la historia del poblado.

Los elementos que tienen en común ambos escudos son: el Templo Parroquial, el cerro del Palenque y la estrella. Desde el año de su elaboración, en 1988, se adoptó este blasón como representativo del municipio.

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